MITOS Y FALSAS CREENCIAS



Nuestra sociedad ha alimentado de manera errónea una serie de mitos y falsas creencias en contra del sexo en la vejez, tal vez en el origen de éstos se asienta la idea de que la procreación es el único fin dé la sexualidad. Estos mitos carecen de una base sólida, y han provocado que el anciano se muestre receloso y poco cooperativo a la hora de hablar sobre su sexualidad. No es verdad que los mayores no se interesen por el sexo, que no mantengan actividad sexual o que ésta sea perjudicial para su salud. Lo que en el fondo subyace es e! dominio en nuestra sociedad de un modelo de sexualidad basado en el joven, que ha ayudado a coartar el derecho de los viejos a una vida sexual activa y placentera.

¨  Los mayores  no tienen capacidad fisiológica que les permita tener conductas sexuales
¨   A los mayores no les interesa el sexo
¨  Los mayores que se interesan por el sexo son perversos
¨  La actividad sexual es perjudicial para la salud, especialmente en la vejez
¨  Es indecente y de mal gusto que los mayores manifiesten intereses sexuales





Referencias

Giro, M. J. (2005). Envejecimiento, salud y dependencia. España: Universidad de La Rioja

2 comentarios:

  1. Es muy cierto, la sociedad basada en modelos juveniles como sinónimo de belleza, actividad y fortaleza nos han hecho creer falsamente que los viejos no se interesan en nada más que no sea dormir y regañar a los nietos o cuidarlos, sin embargo dejamos de lado que ellos también son personas con sentimientos y necesidades. Este tema desde el principio me interesó, puesto que yo ya había investigado al respecto anteriormente, porque los tabúes que pone la sociedad son tan fuertes que los ancianos muchas veces se ven así mismos asexuados y con repulsión o asco. Sin embargo, a mi parecer no hay más bonito ver en las calles a dos abuelitos demostrandose su amor despues de 50 0 40 años de casados. ¡Debemos de aprender de ellos y no encasillarlos o segregarlos por su edad!

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    1. Hola Karol, muchas gracias. Tus palabras han sido tan certeras y adecuadas para dar cuenta de la injusticia social, sobre todo de los jóvenes, hacia las personas de la tercera edad. Y me agrada saber que disfrutas de esas escenas de personas mayores que van por la calle o están sentados en alguna banquita del parque, o suben al autobús, y se les nota el amor. Esas personas, además de admiración, merecen respeto.

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Sexualidad en la vejez